No olvides que el Péndulo es un instrumento de radiestesia que funciona en parte como una extensión de ti. Por ello, es necesario “personalizar” tú péndulo, tomándolo entre tus manos, dándole la bienvenida a tu vida, abriéndole tu mente, tu corazón y decretando que todo el trabajo que hagas con él será un trabajo desde la luz, el amor y para la sanación.
.
Le diremos esta fórmula estándar adaptada a nuestra energía y personalidad:
“Péndulo, yo te reconozco, soy …. (Decir el nombre completo) …. has llegado a mi vida para hacer trabajos de luz, para sanación y transformación de las energías. Siempre que te utilice trabajaremos con las energías de luz, dando la energía apropiada en cada momento donde se esté aplicando. Te agradezco estar en mi vida”.
.
Primero le damos la bienvenida y reconociendo su existencia, él nos ha reconocido por nuestro nombre creando un vínculo energético, segundo hemos decretado su uso y por último hemos agradecido con respeto.
Siempre debemos tratarlo con respeto, dándole gracias antes y después de utilizarlo en cada sesión teniendo en cuenta que vamos a utilizar el péndulo para llamar y trabajar con energías superiores y reparadoras. Cuando no lo estemos usando es bueno tenerlo guardado en una bolsita donde solo esté guardado el péndulo aislado de otros componentes (etiquetas, goma).
El Péndulo Hebreo no se tiene que lavar, ni enterrar, ni exponerlo al Sol o a los rayos Lunares, como lo requeriría un péndulo tradicional de cuarzo o metal.
Es muy importante que, una vez personalizado tu Péndulo Hebreo, nadie ajeno a ti lo toque, pues tu péndulo ya estará cargado con tu energía y con tu intención, por lo tanto, es un péndulo 100% personal. También recuerda que antes de iniciar cualquier sesión y también una vez terminada, debes agradecerle a tu Péndulo el servicio que te prestó y tratarlo siempre con respeto pues es un instrumento que trabaja con la energía del universo.